sábado, 27 de diciembre de 2014
Micro-relato: confesiones cafeteras
Siempre fui un doble cara... La verdad es que yo no lo pensaba así, pero mi madre que es como una suerte de gitana o adivina lo suposo desde que asome mi cabeza por entre medio de sus piernas. Yo nunca entendí eso de hacer las cosas bien, no sabia que era bien o mal y no tenía ni un interés de averiguarlo, yo prefería mirar las nubes y soñar como seria tocarlas. Prefería imaginarme como era Dios, investigar que era la nada, ver las gotas de lluvia en mi ventana y los ríos que dejaba la tormenta en mi colonia.
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