En crisis demenciales la opción a tomar no
suele ser aquella que muestre mayor cordura...
El golpe de la nostalgia, del recuerdo, de lo innombrable,
del des-amor, de lo imposible, de la brutalidad decisiva del destino, es como
un ladrillazo que golpea el pecho, el cerebro, no tiene horario, solo llega y
te revienta la madre, hay que limpiarse la sangre, secarse las lagrimas las
veces que sean necesario, hay que cicatrizar aquello que se pudre, no hay
tiempos, no hay métodos, hay que aguantar. Y con el paso del tiempo (aunque
esta frase sea odiosa) la intensidad del
golpe y su frecuencia será cada vez menos, a veces incluso extrañaras el
ladrillazo… no se en que te conviertas después de eso, (si es que llegas a sobrevivirlo)
no se si serás mejor o peor, incluso no se si serás igual, a veces la vida
consiste en aguantar, soportar, insistir.
Ahora lo digo: te amo Brenda, siempre lo he hecho y
eso lo sabes ya.