sábado, 25 de junio de 2016

Amiga.

En crisis demenciales la opción  a tomar no suele ser aquella que muestre mayor cordura...

El golpe de la nostalgia, del recuerdo, de lo innombrable, del des-amor, de lo imposible, de la brutalidad decisiva del destino, es como un ladrillazo que golpea el pecho, el cerebro, no tiene horario, solo llega y te revienta la madre, hay que limpiarse la sangre, secarse las lagrimas las veces que sean necesario, hay que cicatrizar aquello que se pudre, no hay tiempos, no hay métodos, hay que aguantar. Y con el paso del tiempo (aunque esta frase sea odiosa)  la intensidad del golpe y su frecuencia será cada vez menos, a veces incluso extrañaras el ladrillazo… no se en que te conviertas después de eso, (si es que llegas a sobrevivirlo) no se si serás mejor o peor, incluso no se si serás igual, a veces la vida consiste en aguantar, soportar, insistir.

Ahora lo digo: te amo Brenda, siempre lo he hecho y eso lo sabes ya.